domingo, 2 de marzo de 2014

La izquierda en América Latina: De la Guerrilla al Gobierno Nacional


 
La izquierda en América Latina:

De la Guerrilla al Gobierno Nacional

 
América Latina camina por la izquierda, social y políticamente, muchos de los gobiernos tienen origen en esta tendencia, pero hay algo más concreto, muchos de los presidentes actualmente electos provienen de movimientos guerrilleros, que se alzaron en armas para recuperar la democracia de los golpes de estado capturados por militares y civiles e implantar dictaduras militares y cívicas según el caso.

Pepe Mujica actual Presidente de la República del Uruguay, perteneció a los Tupamarus y purgo carcelería por sus convicciones, llegando al gobierno con el Frente Amplio; Gustavo Petro alcalde de Bogotá en Colombia, se levantó en armas frente al viejo bipartidismo con el M19 y aspira llegar con una agrupación de Centro Izquierda a cargos mayores; en su juventud Dilma Roussef empuñó también las armas con una organización político-militar frente a la dictadura que oprimía Brasil, conquistando la presidencia con el Partido de los Trabajadores. El actual Vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera fue también uno de los dirigentes históricos del Ejercito Túpac Katarista de Liberación Nacional que empuño armas para luchar por la democracia y la libertad. Del mismo modo que el Frente Sandinista en Nicaragua que restauró la democracia, luego de derrotar a la satrapía de Somoza. En el mismo equipo de la Bachelet de Chile, hay varias personalidades que provienen de grupos guerrilleros que se enfrentaron a Pinochet, en unos casos en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, entre otros.

El FMLN en el Salvador volverá a gobernar por un segundo período, ahora con Salvador Sánchez por entonces unos de los miembros de la Comandancia General del Frente Farabundo Martí de Liberación, como una forma de confianza que entrega el pueblo salvadoreño a quienes batallaron por recuperar y construir una democracia con justicia social.

Estas personalidades y sus organizaciones a diferencia de Sendero Luminoso, se levantaron en armas frente a terribles dictaduras militares en sus países y recuperar la democracia y la justicia que aspiraban sus pueblos; en cambio Abimael Guzmán y su grupo terrorista dinamitó a la joven democracia en el Perú, recientemente recuperada de la dictadura militar que presidía Morales Bermúdez, a través del histórico Paro Nacional del 19 de julio de 1977. Esta posición antidemocrática fue aprovechada por los grupos ultraderechistas para montar un reforma neoliberal y una cleptocracia presidida por Fujimori, derrotada luego de muchos amos con amplia movilización social.

Por esta coherencia con la democracia es que estos personajes sociales y movimientos de izquierda, fueron reconocidos como mandatarios y autoridades de sus países en sendas y disputadas elecciones; pero legitimados porque estas organizaciones guerrilleras, llegaron al gobierno nacional luego de una exitosa gestión en gobiernos locales, municipales y regionales, en el que desplegaron gobiernos eficientes con horizonte social y democrático, luego del cual accedieron a la Presidencia Nacional en la que gobiernan exitosamente y por cuya razón volvieron y alcanzaron su nueva elección.

Así América Latina camina en su desarrollo y consolidación democrática por la senda de la izquierda, tienen también otros orígenes y experiencias, unos de las canteras guerrilleras y otras desde el talante social democrático como en Chile, Ecuador y Argentina. Todos ellos abren el camino de una etapa política en nuestro continente.

A contra corriente en el Perú, la vieja izquierda pretende alcanzar el gobierno nacional por la vía del subterfugio y el sectarismo; sin haber construido un sólido tejido social como lo han hecho todos o en todo caso demostrar a la población una experiencia exitosa de gestiones en los gobiernos locales, municipales y regionales. A estas alturas se requiere una renovación y transferencia sustancial en la esfera estratégica en la izquierda peruana. Lamentablemente frente a una derecha autoritaria y cavernaria todavía se levanta una izquierda dogmática y sectaria, dos caras de la misma moneda que avergüenzan la política nacional y ante el cual sólo surge la necesidad de una refundación de una izquierda moderna, democrática, descentralista que recoja la agenda del país y del pueblo, construyendo un nuevo relato y una utopía proveniente de la realidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario