viernes, 28 de marzo de 2014

Los Topos Fujimoristas en el Cusco



Son agentes de la Inteligencia Económica y Política de la dictadura:

Los Topos Fujimoristas en el Cusco

José Henriquez V.

Nunca se supo a ciencia cierta, cómo llego el Negro Paredes a la Gerencia Municipal de Espinar, lo cierto es que estando instalado en su despacho y con todas las comodidades del caso en uno de los mejores y más caros hoteles de la provincia de mineros y ganaderos, empezó a trabajar en lo que él muy bien sabía, el camino había resultado más fácil de lo que pensaba y proyectaba, los combativos K´anas de Espinar, sin saber habían cobijado una verdadera dinamita para sus fines.

Meses después camino a la cárcel de Ica, producto de una oscura captura y derrota de la huelga indefinida que sostenían frente a la mina Xtrata, el muy diligente Oscar Mollohuanca y sus camaradas, tan entrenados en las lides de la conspiración y el trabajo clandestino en su anterior partido el PUM y ahora en el ambientalista Tierra y Libertad, no podían explicarse el papel de un recién llegado a tan alto cargo de responsabilidad, del ahora reconocido y militante fujimorista. Había superado la valla o el cernidor político.

Meses después algunos de los allegados del alcalde, en un tono justificatorio decían que el personaje, había camuflado muy bien sus antecedentes políticos, con una gran aureola de gerente eficiente en varias dependencias de la Municipalidad Provincial del Cusco, Essalud y otras empresas privadas, nublando la frágil vigilancia del alcalde y su círculo cerrado, que estaban preocupados en otros asuntos “más importantes y revolucionarios”.

Otros más tarde, explicarían que fue Edward Yábar, el personero de la gran minería, asesor de la gestión provincial de Chancayauri el alcalde anterior de Espinar, el que abrió subrepticiamente el camino al cargo. Primero, fue escondido en los registros del Programa SERVIR que implementa la PCM y el MEF, institución que destaca a sus entrenados profesionales a las gerencias de los gobiernos regionales y municipales opositores, que cuentan con canon minero y gasífero, desde cuyas instancias tener controlado la supuesta “eficiencia y calidad del gasto” bajo los parámetros de la política económica que controla y maneja el ministro y sus grupos de poder.

Por muchos caminos se llega a Roma y Yauri la capital de Espinar, lo cierto es que el Negro, estaba en el lugar preciso y necesario para el proyecto y por eso tenía el pecho más hinchado que el pavo García Pérez, es cierto que era un redomado fujimorista, “un chino a morir” como se jactaba, desde dichos lazos había llegado a trabajar también en el Ministerio del Interior y afianzado su amistad con el congresista Lucho Wilson del partido aprista a quien visitaba constantemente a su oficina en Lima.

Todos el país conocía, salvo parecer la dirección regional y nacional de Tierra y Libertad, que la Provincia y pueblo de Espinar, era un escenario de alta confrontación en la que estaban en juego diversas alternativas y escenarios económicos, sociales y políticos, cuyo desenlace era una incertidumbre a raíz de la llegada de Oscar Mollohuanca a la Alcaldía Provincial de Espinar, Jorge Acurio del Partido Nacionalista a la Presidencia Regional del Cusco y luego el aluvión electoral por la Gran Transformación de Ollanta Humala. Los más reaccionarios estrategas de la ultra derecha y ambiciosos empresarios, señalaban que el “chavismo” había capturado el Cusco, un peligro que debía ser conjurado adecuada y oportunamente.


En Lima desde meses atrás habían constituido un gabinete de trabajo especial, entre los representantes de los grupos mineros y gasíferos con intereses en Cusco y Espinar, delegados del Consejo de Ministros comisionados por Oscar Valdez, quienes trabajaron una estrategia para ahogar las demandas de Espinar y arrinconar al nacionalismo en el gobierno regional. En esa estrategia el accionar y papel de los “topos” como agentes infiltrados en las gestiones en conflicto era vital.

Espinar fue el primer campo de entrenamiento y aplicación de esta estrategia, la huelga indefinida que paralizaba Espinar en la defensa de sus derechos sociales y ambientales estaba en plena marcha y cumbre, preparaban también una respuesta al Proyecto Majes II que se pretendía imponer trasvasando las Aguas de la Cuenca del Apurímac, para beneficiar a otros monopolios hidroeléctricos.

Si bien es cierto que el peso de las acciones la llevan adelanta las organizaciones sociales a través del Frente de Defensa de los Intereses de Espinar, la municipalidad provincial juega un papel de apoyo y respaldo, desde el inicio de la huelga indefinida se percibía que había fuga de informaciones hacia la policía y la PCM en Lima, muchas actividades fueron bloqueadas preventivamente por la policía que se adelantaba a los hechos, comprometiendo a los huelguistas con supuestas acciones violentistas con la intención de quebrar la huelga; a tal punto que los dirigentes y el alcalde tuvieron que pasar a la clandestinidad, por las órdenes de captura que se emitían desde el Ministerio Público y el Poder Judicial. El punto de quiebre llegó con la captura de Oscar Mollohuanca en las instalaciones de la Municipalidad, cuando se aprestaba a reunirse con el Presidente Regional Jorge Acurio, alguien desde adentro había soplado la información y la dotación policial se presentó inmediatamente. El topo estaba cumpliendo sus funciones con mucha eficiencia.

La prisión del Alcalde de Espinar fue aprovechado por el gerente para implementar un golpe de estado contra dicha autoridad, comprometiendo a una fracción de regidores encabezada por la primera regidora, que ocupaba interinamente la alcaldía, para vacar a Mollohuanca con una serie de argumentos y fundamentos, que no logró ser materializado por la resistencia de los regidores y funcionarios del municipio, que empezaron a dudar del gerente municipal y finalmente ser descubierto en todas sus intenciones.

El gerente no sólo se dedicó a promover la vacancia del alcalde, también desarrollo manejos nada transparentes en la administración, como es la compra de dos compactadoras de basura que fue adquirida como si fueran nuevas cuando en realidad era de segundo uso, proceso penal que se encuentra curiosamente congelado hace muchos años en el poder judicial de Espinar; luego se descubrieron la vida licenciosa que disfrutaba el mencionado funcionario en los mejores hoteles de la provincia y Lima. El negro no había olvidado sus malas costumbres, por lo que fue desaforado de otras instituciones, por su comportamiento cuestionable y oscuro que se conocería después de algunas investigaciones periodísticas.

En las autoridades de Espinar, hay clara conciencia de que la llegada de Juan Carlos Paredes Concha a la municipalidad no fue casual, fue parte de un operativo de inteligencia privada y pública en las que convergieron intereses económicos de las empresas que operan en la zona y por otro lado el interés político de los sectores fujimoristas que siguen actuando en el escenario nacional. El objetivo era hacer abortar la demanda de Espinar, quebrar o bloquear la actividad del Alcalde Provincial por la vía del sabotaje de su gestión o su vacancia.

Conseguida la libertad de Oscar Mollohuanca, permitió colocar las cosas en su lugar, Paredes Concha fue destituido por petición expresa del Frente de Defensa, aun así el funcionario pretendió quedarse por la vía de una queja laboral durante unos meses.

Días después de su experiencia en Espinar, se sumó al equipo que trabajaba por la destitución de Jorge Acurio del Gobierno Regional, reencontrándose con sus anteriores promotores que habían priorizado el caso del Cusco, por decisión de los intereses económicos y políticos a quien sirven.


1 comentario:

  1. Gracias por el aporte muchos de los peruanos vivimos alejados y ajenos respecto a los detalles de los acontecimientos y muchas veces nos conformamos con lo que muestra la prensa basura.

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